El Pleno del Ayuntamiento de Aspe aprobó en su sesión plenaria de ayer martes, con los votos favorables de los tres partidos políticos con representación municipal (EU-PSOE y PP) apoyar la solicitud para que la fiesta de La Jira sea declarada de Interés Turístico Provincial.
Según explica el alcalde, Antonio Puerto, “esta es una iniciativa que se viene barajando desde hace a tiempo y el pasado 3 de julio recibimos la solicitud de la Asociación Cultural La Jira para tener el apoyo del Ayuntamiento. La Jira es una fiesta singular, que se celebra en Aspe el Último Jueves antes de la Cuaresma y de la que no hay apenas nada parecido en toda España. Además, cuenta con una gran participación de grupos denominados jiras y escolares que cada año llenan la Plaza Mayor, nos ofrecen sus canciones y coreografías y llenan de colorido, música y alegría todo el pueblo”.
El primer edil aspense señala que “el compromiso es realizar la recopilación de documentos exigidos por la Conselleria de Turismo y poder presentar la solicitud durante este año “. Puerto recuerda que “Aspe ya cuenta con la declaración de Interés Turístico Provincial de su Semana Santa y de sus Moros y Cristianos. Además se ha solicitado la Declaración Turística Autonómica de la romería de la Virgen de las Nieves. En todas estas declaraciones, desde el Ayuntamiento hemos colaborado en la recopilación y coordinación de los expedientes, poniendo a disposición la técnico de turismo municipal. Si conseguimos ahora la declaración de La Jira, Aspe tendría sus cuatro fiestas y acontecimientos más destacados declarados de interés turístico, lo que sería un logro muy importante para la población“.
HERMANAMIENTO CON TORRIJOS
Por otro lado, el alcalde, Antonio Puerto, y el concejal de Turismo, José Vicente Pérez, viajan hoy a la localidad toledana de Torrijos, con la que Aspe está hermanada, para asistir al pregón de las fiestas de La Sementera. Además, mañana jueves, Puerto y Peréz se reunirán con el alcalde de Torrijos, Juan José Gómez, para ver la posibilidad de incrementar los actos de hermanamiento, que tuvieron hace una década un gran impulso y que se ha ido perdiendo en los últimos años.