Una hoja de reclamación es un medio para facilitar la presentación de una reclamación de consumo, para dejar constancia de la disconformidad con una compra o servicio, pero no debería de ser un problema añadido.
La hoja de reclamación se ha de entregar en el lugar de los hechos, sin reenviar a otras dependencias o aplazar su entrega a otro día “que este la jefa o el encargado”.
A tener en cuenta que es obligatorio facilitar las hojas de reclamación al cliente que lo solicite, sin entrar a valorar si “tiene o no tiene razón”.
“Una queja es un regalo” rezaba el eslogan de un curso de marketing comercial. Facilitar una hoja de reclamación ayuda a que el cliente pueda expresar su disconformidad con la compra realizada. Hay empresarios que pagan en formato de encuesta/regalo por conocer que opinan los clientes de sus servicios.
Facilitar una hoja de reclamación tiene un coste real de 0,23 céntimos (Block de 10 hojas 2,33€). No facilitarla en principio es una infracción leve que en grado mínimo se sanciona desde el apercibimiento hasta 1.000€, llegando a los 3.005,06 euros cuando se califica de grado máximo si, por ejemplo, hay agravantes y reincidencia.