Entre los retratos familiares, de edificios, centros de trabajo y actos religiosos, destacan imágenes como la del mítico ‘Perro Tarzán’, que acompañaba a los novios en sus primeros paseos y los cortejos fúnebres desde la Basílica hasta el cementerio.
El Museo Histórico de Aspe presenta el próximo domingo 27 de julio a las 12.30 horas la exposición de fotografía La memoria rescatada. Fotografía y sociedad (1870-1976) II. Continuación de la que ya tuvimos la oportunidad de exponer en 2012, la muestra recoge cerca de un centenar de fotografías de diferentes aspectos de la localidad.
La colección de fotografías que forman parte de esta exposición proceden de la publicación que lleva el mismo nombre La memoria rescatada. Fotografía y sociedad (1870-1976) II de José Mª Candela y Felipe Mejías. En ella encontramos notas de indudable valor para el estudio de la etnohistoria local. Aquí la fotografía se torna documento y nos ilustra maneras de vestir, formas de mirar y de posar, delata qué es importante y qué es accesorio, y delimita qué es digno de fotografiarse y qué no.
También cuenta historias cotidianas de nuestro municipio, como la imagen del Perro Tarzán, un animal callejero que se hizo famoso en los años 60 porque acompañaba a las parejas de novios en su primer paseo desde la Basílica Nuestra Señora del Socorro. La instantánea en la que aparece Tarzán es un relato fiel de esta colección de imágenes. Lo cotidiano, recogido en esta obra, se convierte en categoría de histórico. Aquí está la imagen de ese perro que acompañaba a todos los cortejos fúnebres desde la Basílica hasta el cementerio, año tras años.
Edificios, retratos y costumbres
La exposición recoge un compendio de los capítulos destacados en la publicación que lleva el mismo nombre y así da comienzo con el ámbito dedicado a La vida cotidiana. La forma de vida en el espacio doméstico, en la calle, en el trabajo, en las tabernas y bares nos habla de lugares de sociabilidad donde transcurría buena parte del tiempo de las personas.
Los edificios representativos del pueblo conforman el segundo de los ámbitos de la exposición, un conjunto de inmuebles emblemáticos por sus valores arquitectónicos y también por ser escenarios sociales de educación (Escuelas Nuevas), de religiosidad (la basílica), de poder político (el edificio del Ayuntamiento) o de relaciones comerciales (el Mercado de Abastos).
El papel que el fotógrafo ha jugado en las exposiciones de esta temática ha sido poco menos que irrelevante, relegado a ocupar un lugar secundario. El siguiente capítulo trata de enmendar esta situación, con un repertorio protagonizado por nombres que van desde los conocidos Galinsoga, Segura, Gisbert, Marco, Gómez, Pastor o Rafael, pasando por los de las localidades vecinas, como Belda, de Novelda, o los fotógrafos de Alicante o Madrid. En este mismo ámbito se observa a los retratados, posando ante la cámara. Aquí se muestra la evolución de las maneras de posar del retratado desde el envaramiento y la teatralización de las posturas característico del siglo XIX hasta la mayor naturalidad con que a principios del siglo XX se enfrentan a la cámara nuestros antepasados.
Los aspenses han sido tradicionalmente emigrantes, y de esta materia tenemos una buena cantidad de fotos localizadas en Argentina, Cuba, Argelia, Marruecos, Francia o Alemania, con retratos de los aspenses emigrados que enviaban a sus familiares residentes en el pueblo.
En los ritos del ciclo vital nos acercamos al fenómeno de los ritos de paso, como la primera comunión, el matrimonio y la muerte, con una serie de ceremonias bien definidas que marcan el tránsito hacia un estatus social diferente.
En la exposición también encontramos un hueco para la celebración, para la fiesta religiosa. El ciclo festivo religioso de Aspe viene determinado por festividades como la Semana Santa, las fiestas de calle con advocación, la romería de san Pascual a Orito, las fiestas bienales dedicadas a la patrona, la Virgen de las Nieves, o la Navidad.
La música, artes escénicas y el cine han configurado otras tantas actividades en las que el aspense ha participado como presencia activa o bien como espectador. Bandas de música, rondallas, orquestas, coros o representaciones líricas conforman el variado repertorio de actividades culturales en las que se muestra la música en Aspe. Las salas de exhibición cinematográficas que ha habido en nuestro pueblo, como el Cinema, el Avenida, el Wagner, el Central o la Sala Pax, revelan la importancia que este tipo de espectáculo tuvo en la cultura popular local.