La modificación supone, previa declaración de Interés Comunitario, la instalación de nuevas empresas industriales, turísticas, de ocio o terciarias en suelo no urbanizable. 

El Pleno ordinario de junio aprobó la modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para permitir la instalación de nuevas empresas en suelo no urbano en un radio inferior a los cinco kilómetros del casco urbano, suprimiendo una limitación de la normativa municipal actual, según explicó la edil de Territorio y Urbanismo, María José Villa.  El objetivo de esta modificación es “facilitar la llegada de empresas que por sus características necesitan suelo en determinados espacios fuera del suelo industrial ordinario, y que hasta ahora no se podía instalar porque había una prohibición expresa a menos de cinco kilómetros del casco urbano”.

En este sentido, también se hace una traslación de la normativa autonómica con la municipal, puesto que hasta ahora había una contradicción entre ellas. Con esta propuesta se espera que “sea más fácil que determinadas industrias productivas de diversos sectores como el turístico o el deportivo consideren que Aspe puede tener elementos a favor, siempre y cuando sea declarada la actuación como de Interés Comunitario”.

De hecho, según Villa, “nos encontrábamos en la paradoja de que la norma autonómica autorizaba determinadas actividades en suelo no urbano que desde el ámbito municipal no podíamos dar licencia. Con esta solución abrimos la vía para facilitar la instalación de nuevos negocios y, por consiguiente, nuevos puestos de trabajo”.

Modificación zona industrial

En el mismo pleno también se autorizará la modificación del PGOU para permitir en el suelo industrial del casco urbano la instalación de empresas vinculadas a la recuperación y tratamientos de residuos metálicos u otros materiales. Se trata de una iniciativa que al mismo tiempo limita este suelo para el almacenaje de este material – como hoy sí está comprendido – en zonas residenciales.

“El PGOU es un elemento vivo de nuestro pueblo, no puede ser inamovible y tiene que adaptarse a las exigencias de los tiempos, a las nuevas demandas sociales y económicas y a las normativas para que las zonas residenciales sean más habitables”, añadió.